El Acido hyaluronico es una sustancia que está presente en nuestro organismo y que, ¡ay!, va desapareciendo con el paso de los años, lo que provoca que el rostro pierda firmeza, volumen y tersura. La buena noticia es que se encuentra presente en muchos cosméticos y se puede aplicar por diversas vías. Una de ellas son las mascarillas faciales.
La ventaja de estas es que son aptas para todo tipo de pieles y que, atención, sus resultados beneficiosos se hacen visibles prácticamente desde la primera vez que te pones una. ¿Por qué actúan de una forma tan eficaz?
Porque sus propiedades son muy significativas. En primer lugar, proporcionan una hidratación profunda lo que hace que las células de la piel tengan mayor elasticidad, y con ello el rostro se torne radiante y terso.
En segundo lugar hay que destacar su gran potencial regenerador tanto de la piel como de los cartílagos y de las articulaciones. En tercer lugar, es importante que aportan una protección extra al cutis frente a los rayos solares, lo que contribuye a la prevención de manchas arrugas. Por eso, muchos fotoprotectores contienen ácido hialurónico.
Para terminar, este tipo de mascarillas también luchan contra las lineas de expresión y las primeras arrugas que van surgiendo con la edad.
En cuanto al manual de uso, es importante saber que, una vez aplicada la mascarillas de ácido hialurónico, hay que dejarla actuar entre 10 y 15 minutos, y luego retirarla poco a poco, comenzando por los extremos de la cara.
Se recomienda aplicárselas una o dos veces por semana, nunca dos días seguidos, y siempre por la noche, porque es a partir de las 20.00 h o de las 21.00 h cuando la piel empieza su proceso de regeneración celular y aprovechará al máximo las propiedades del ácido hialurónico.
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